Cuando vamos a dar el desayuno o la cena a los cerdos, en cuanto nos oyen llegar se ponen muy ansiosos. No tienen paciencia y se desesperan. Nos hace mucha gracia que en cuanto tienen la comida se callan todos de golpe y solo se les escucha masticar. Los cerdos son los animales más limpios que hay en el Santuario, nunca hacen sus necesidades donde duermen ni donde comen. Son tan inteligentes que hemos tenido que pones candados en las puertas porque han aprendido a abrirlas. Considera hacer un donativo:
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