El Dr. Ted Postol, profesor emérito del MIT y uno de los principales expertos mundiales en armas nucleares, se dirige a la reunión de la Coalición Internacional por la Paz el 13 de septiembre de 2024. ¿Qué es lo que ha causado que una oscura publicación con sede en Francia, Intelligence Online, de repente no sólo ataque al Instituto Schiller, sino que también pida al Departamento de Justicia de Estados Unidos que “calle al [Instituto] Schiller“ y lo clausure? ¿Fue algo que dijo el Instituto Schiller? No exactamente, pero casi. El Instituto Schiller publicó el 3 de septiembre una veraz evaluación del embajador Jack Matlock sobre lo absurdo de la actual política exterior y militar (contraproducente) de Estados Unidos respecto a Rusia, China y el Sudoeste de Asia (que, desde marzo de este año, incluye el compromiso de una guerra nuclear en tres frentes contra Rusia, China y Corea del Norte) y otros medios informativos la están reseñando. Esto ha provocado un pequeño terremoto entre las otrora competentes “élites“ transatlánticas, que, a diferencia de los “hijos de Madeleine Albright“ (Antony Blinken, Victoria Nuland, Samantha Power y otros) saben que lo que ha dicho Jack Matlock es cierto. Matlock fue embajador nombrado por el Presidente Ronald Reagan ante la Unión Soviética de 1987 a 1991, y un testigo auténtico, participante y forjador de nuestra historia actual, una estirpe muy diferente a la de las “ligas menores” actuales del Departamento de Estado. “Me parece que es extremadamente peligroso intentar lo que es, en efecto, una guerra no declarada contra una potencia armada nuclear, que percibe, con razón o sin ella, que su soberanía e incluso su existencia política están siendo amenazadas“, informó Sputnik de las declaraciones de Matlock en su entrevista del 3 de septiembre. Matlock comentó días después, en la reunión del 6 de septiembre de la Coalición Internacional por la Paz, que “creo que lo que tenemos que entender es que la expansión de la OTAN, y en particular las bases, y en este caso, se trataba de las bases previstas en Polonia y Rumanía para misiles antibalísticos, resultó que, aunque se trataba de armas defensivas, podrían convertirse fácilmente en armas ofensivas. Así que, era comprensible que el mandatario ruso (Putin) se opusiera rotundamente. Y sin embargo, seguimos adelante, y tras retirarnos progresivamente de prácticamente todos los acuerdos de control de armamentos que habíamos negociado en los años ochenta y principios de los noventa, empezamos a intentar influir en el gobierno de Ucrania y a ofrecerle el ingreso en la OTAN. Así que creo que esto fue una reversión completa de la diplomacia que utilizamos en la Guerra Fría...“. Sin embargo, ¿qué tal si simplemente se volteara todo el tablero de ajedrez? ¿Y qué tal si las voces de la razón, como la de Jack Matlock, o la de Ray McGovern, cofundador de Profesionales Veteranos de Inteligencia por la Cordura (VIPS por sus siglas en inglés), o la del coronel (r) Larry Wilkerson, de la Red de Medios Eisenhower, se amplificaran y se hicieran oír con éxito en Estados Unidos, con el eco de voces similares en Alemania, Francia, Italia, Suecia y muchas otras naciones? Ese es el proceso que está ocurriendo a través de la Coalición Internacional por la Paz (CIP). Es la condición previa para un verdadero diálogo socrático sobre una nueva arquitectura de seguridad y desarrollo. Son los Diez Principios para una Nueva Arquitectura Internacional de Seguridad y Desarrollo propuestos por Helga Zepp-LaRouche y el Instituto Schiller, que de hecho, sí toman en cuenta los intereses de todos. La posibilidad de que la propuesta del Instituto pueda catalizar con éxito un “Concilio de la Razón“ entre las naciones transatlánticas, que derrocaría a los “perros rabiosos y al imperio británico“ que están provocando la guerra nuclear, espantó a la OTAN y su policía del pensamiento. Publicaron por medio de su agencia llamada Intelligence Online un artículo titulado “Una organización sin ánimo de lucro con sede en Washington sigue difundiendo el mensaje del Kremlin“, que comienza así: “El Instituto Schiller ha seguido cooperando con medios de comunicación rusos, aún cuando en Estados Unidos se toman medidas enérgicas contra la influencia extranjera“. Aunque se trata de la misma táctica utilizada en la activación en 1982 de la Junta Asesora de Inteligencia Exterior del Presidente (PFIAB, por sus siglas en inglés) contra el economista, estadista y cofundador del Instituto Schiller, Lyndon LaRouche, hay una diferencia... Lee el texto completo de la invitación al evento en: Para mayor información escribe a preguntas@
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