En Zhengzhou, provincia china de Henan, una gran multitud de enfurecidos depositantes de bancos se enfrentó el 10 de julio a la Policía. Algunos fueron agredidos mientras se los llevaban. Entre los manifestantes se encuentran miles de clientes que abrieron cuentas en 6 bancos rurales de Henan y la vecina provincia de Anhui, que ofrecían tipos de interés más altos. La crisis comenzó hace varias semanas. Al descubrir que no podían retirar sus fondos, después de que los medios de comunicación informaran de que el director de la empresa matriz de las entidades estaba prófugo y era buscado por delitos financieros, miles de depositantes trataron de organizarse. Lo que había sido un escándalo local se convirtió en un incidente nacional el mes pasado, debido al uso de la aplicación de seguimiento para el covid-19: muchos de los que pretendían ir a Zhengzhou para exigir medidas a los reguladores se encontraron con que su estado de salud en la aplicación se había puesto en rojo, lo que les impedía viajar y de esta forma se atajaron las primeras protestas.
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