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El himno nacional Frances fue escrito por Rouget de Lisle en 1792. Rouget era capitán del regimiento llamado “les enfants de la Patrie” (“los hijos de la Patria”). Tras decalarar la guerra a Austria por haber encarcelado al Rey y a la Reina, en Estrasburgo se convocó a varios oficiales -entre ellos a de Lisle- a quien se le pidió que compusiera un himno patriótico para animar el ejército del Rhin. Hoy suena la Marsellesa espiritual mundial. Es el himno de la victoria del bien sobre el mal, un canto que apela a la conciencia interior de no aceptar más el mal interior, externo, personal o mundial. Es la voz arquetípica del pueblo que unidos en corazón claman por la pacífica revolución del bien: ¡solo la bondad puede vencer el mal mundial! ¡Resuena por todo el mundo con forte fortísimo nueva revolucionaria Marsellesa, ¡Diosa Virgen Madre Generalísima! Omnimisericordiosa,¡La nueva Marsellesa!
