Testamento Te dejo mis zapatos; casi no los usé. Te dejo mi ropa; podría donarla. Te dejo mi silla, mi plato, mi cama; en fin, te lo dejo todo. También te dejo mis ganas, mi sonrisa, mis deseos, mi llanto, mi mal humor. Te dejo mis “podría“, mis “tal vez“, mis “qué hubiera pasado“, mis enojos. En fin, te dejo todo. Te dejo mis pecados (los que no pude gastar). Te dejo aquel grito sin razón. Te dejo mis “hubiera“. Te estoy dejando casi todo; incluso mi corazón. Te dejo mi libro favorito, mis pensamientos, mis desvaríos, mi libertad, mis mentiras (también las piadosas). Te dejo mi sombra, mi amor por todo, mi soberbia, mi estrés. (Ve a ver cómo los usas; ya están acostumbrados a mí). Te dejo más; te dejo todo. Pero si quieres, podrías devolverlos al irte. @davidlobainap @davidlobainap @DavidLobainaP/?sub_confirmation=1
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