“Si pesás más de X cantidad de kilos, te cobramos como un impuesto para vestirte, es un absurdo“, dice Brenda Mato, activista por la diversidad corporal, recordando la dura experiencia de caminar 50 cuadras sin encontrar su talla en ninguna tienda o tener que pagar más por costos de producción cuando sí la había. ¿Es el acoso por la imagen corporal un problema social estructural? ¿Puede la industria textil ajustar la tabla de tallas a la total diversidad de cuerpos? Véalo en ’Entrevista’, de RT.
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