Portugal arde, otra vez. Más de 100 fuegos sin control arrasan el país dejando un trágico saldo ecológico y también humano, con al menos siete muertos, más de 40 heridos y cientos de propiedades destruidas. Al igual que en los terribles incendios de 2017, el culpable principal tiene nombre: eucalipto. Y es que Portugal ha apostado en las últimas décadas por la expansión incontrolada de este árbol para saciar las necesidades de la industria papelera y generar así beneficios económicos a través de este recurso forestal. Pero hay un pequeño problema: el eucalipto es un árbol pirófito. Literalmente el eucalipto ha evolucionado para quemar a sus vecinos. Exactamente igual que las grandes empresas papeleras de Portugal, Altri y Navigator. Estas cuentan con su propio servicio de extinción de incendios (Afocelca), que solo actúan en las propiedades de estas empresas, dejando arder el resto. Poco a poco van compra
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