Entierran, después de un funeral, los cuerpos de los dos sacerdotes jesuitas asesinados la semana pasada dentro de una iglesia del pueblo mexicano de Cerocahui, en el estado de Chihuahua. Los sacerdotes Javier Campos, de 79 años, y Joaquín Mora, de 80, habían pasado gran parte de sus vidas sirviendo a la comunidad indígena de los tarahumaras de la región.
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