En el siglo V con solo decir el nombre de Atila, el Imperio Romano sentía miedo. Un guerrero sanguinario, un hombre temido en su tiempo que fue la mismísima encarnación del mal. Conocido por los romanos como “el azote de Dios“, se decía de él que por donde pasaba su caballo no volvía a crecer la hierba. Pero detrás de este personaje legendario y despiadado, se esconde un brillante caudillo que puso en jaque al imperio romano. En el año 451 Atila, rey de los Hunos, invadió el Imperio Romano y avanzó hasta las puertas de la capital. Su propósito era socorrer a la hermana del emperador, Honoria, con la que deseaba casarse... el Papa León I le convenció para que no saquease Roma. Ponente: Alejandro Mohorte Medina, comisariado, miembro de la Asociación de Amigos del Museo Histórico de Valencia y de su grupo de recreación histórica, miembro del Club de Amigos del Museo de l’Iber (Valencia) y colaborador del museo.
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