Se llama Esther Peña y es, a la sazón, la portavoz del PSOE en la sede de Ferraz. La política es toda una experta en saber ganarse el bocadillo diario con el que Pedro Sánchez premia a sus más fieles servidores. Escondido y mudo el inquilino de La Moncloa para no tener que dar explicaciones por el esperpéntico episodio acontecido con Carles Puigdemont, entrando y saliendo de España a su mejor capricho y sin que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad movieran un solo meñique para evitar la nueva fuga, a la portavoz socialista le tocó salir a dar la cara. Por supuesto, ni media palabra para hablar del prófugo o reconocer errores. Ante la tocata y fuga del expresidente catalán, a Esther Peña, que obviamente seguiría el guion marcado desde Presidencia del Gobierno, le pareció que era una buena idea volver a sacar a pasear el fantasma de las supuestas comisiones cobradas por el entorno del líder del PP, Alberto N
Hide player controls
Hide resume playing