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Abróchense los cinturones, que vienen curvas. Seguro que pocos de ustedes saben quién es Miren Gallastegui. Probablemente ni le ponen ni cara. La tal Miren, que tiene ya 62 años y estudió Derecho, es la representante del PSOE en la Comisión de Derechos Humanos del Parlamento vasco. Y el pasado lunes, en pleno idilio entre Sánchez y Bildu, durante una enternecedora reunión con ‘SARE’, la plataforma de apoyo a los terroristas de ETA, propuso aprobar cuanto antes modalidades de cumplimiento de penas ‘más humanas’, para los aproximadamente 150 asesinos etarras que todavía siguen tras los barrotes. Todos, por cierto, en cárceles del País Vasco y con un régimen penitenciario de ‘hotel de cinco estrellas’. No se si viene al caso subrayar que por edad y trayectoria política, -ha sido más de 20 años concejal en Eibar y lleva casi dos décadas disfrutando del sillón de diputada autonómica-, la tal Miren seguro que asistió compungida, como ‘autoridad’, a los funerales de alguno de los 12 inocentes que los psicópatas etarras acribillaron o destriparon a bombazos en su localidad natal. En cualquier caso y siendo ‘socialista de toda la vida’, eso es irrelevante. Lo sustancial es que sus palabras alimentan la tesis de que el Gobierno Sánchez alisa el terreno para algo parecido a una amnistía que ponga definitivamente en la calles a los terroristas de ETA. El lunes, Miren Gallastegui transmitió a los representantes de los matarifes que su partido, es decir el PSOE, asume el compromiso de trabajar en 'la construcción de la convivencia desde la verdad, la memoria y la justicia’, subrayando que ‘el fin último de las condenas es la reinserción’. Ni el secuestrador Otegi, ni la ‘señaladora’ Aizpurua, esa que tanto gusta a los periodistas parlamentarios del pesebre sanchista, sueltan de momento prenda, pero no hay que ser un lince para concluir que el pacto entre PSOE y Bildu está firmado y sellado. Este miércoles, desde su escaño, el diputado navarro del PP Carlos García Adanero preguntó al socialista Bolaños si podía garantizar que no habrá indultos o amnistía para los etarras presos. El ministro de la Presidencia de Sánchez no contestó. Optó por atacar a García Adanero etiquetándole como ‘traidor’ y ‘transfuga’. Más claro, agua. Y más obsceno, imposible. Dicen los socialistas que los terroristas de ETA necesitan modalidades de cumplimiento de penas ‘más humanas’. Visto lo visto y conociendo a Sánchez, lo único que falta es que a la salida de prisión les regalen las llaves de un piso. O que los incluyan en el programa ‘Tito Berni’ y puedan disfrutar, como los diputados del PSOE de los que son ahora tan amigos, de cenas pantagruélicas en ‘Ramses’, viagra a manta y meretrices de folleto. Todo gratis y a cuenta del sufrido contribuyente español.
