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En San Pedro encontramos un ejemplo claro de persona con tendencia a la acedia y, sin embargo, elegida por Dios para una alta misión. San Pedro fue el primero en rebelarse ante el anuncio de la Pasión, inmediatamente después de que Jesucristo estableciera su Primado. Jesús lo reprende duramente. Pedro experimenta acedia frente a la Cruz y Cristo sabe que esa acedia es obra de Satanás. Pese a esa reprensión, la acedia volverá con fuerza en la vida de Pedro en el momento en que Jesús era juzgado por el Sanedrín. Encontramos una enseñanza sobre la esperanza frente a la acedia en el hecho de que todos los miedos, cegueras y caídas de Pedro no invalidan su llamada. Dios estaba por Pedro como también está por nosotros. Existe esperanza de vencer a la acedia y ser salvos.
