Como un tsunami, la Misericordia de Dios en los Sacramentos desmontó el ateísmo radical, “razonado“ y casi esculpido a cincel durante años por José Manuel Anguiano. “Había construido mi vida y mi propia cosmovisión de todo“, afirma. En esa posición se sentía cómodo. Todo era conforme a lo que él pensaba y había alcanzado un punto de vida que cualquiera podría envidiar: “siempre había querido vivir en el campo, y vivía en el campo; con una mujer maravillosa y unos hijos estupendos, con salud, sin problemas de dinero“ ni nada que alterara sus propias reglas. Sin embargo, sentía que todo lo que había conseguido tener, no terminaba de llenarle. “Era un pequeño fastidio reconocer que, incluso rozando la perfección, mi plan fallaba en algo“, admite José Manuel Anguiano en el impresionante testimonio que ha querido compartir a través de Mater Mundi TV. Un testimonio de la
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