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El 29 de agosto los cines de Kabul reabrieron un año después de que fueran cerrados. La ocasión fue un festival de cine al que acudieron decenas de habitantes de la capital afgana y en el que mujeres y hombres se sentaron separados, excepto los que pertenecían a la misma familia. Finalmente pudieron volver al cine para ver las aproximadamente 35 películas presentadas en el festival, todas filmadas y producidas dentro del país y cumpliendo con las reglas del Estado.
