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Tras la Segunda Guerra Mundial, España se convirtió en un refugio para muchos nazis que huían de la justicia. Esto se debió, en gran parte, a la dictadura de Francisco Franco, quien había mantenido una relación cercana con las potencias del Eje, aunque España se mantuvo oficialmente neutral durante el conflicto. Franco simpatizaba con la ideología fascista y anticomunista de Hitler, y su gobierno, que buscaba consolidarse y mantenerse al margen de las represalias internacionales, ofreció un lugar seguro para muchos criminales de guerra nazis. A través de redes clandestinas, como la llamada “ruta de las ratas“, varios nazis lograron escapar hacia España y otros países de América Latina. La estructura del régimen franquista facilitó el encubrimiento de estos fugitivos. Franco y su gobierno, al no estar alineados del todo con los Aliados después de la guerra, no vieron motivos para cooperar en la captura de nazis. De
