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Yo lo tengo muy claro: quien tenga miedo, que se dedique a otra cosa. Que no haga Periodismo, ni intente colar a los españoles gato por liebre. Somos portadores de un derecho ajeno; el que tiene la ciudadanía a estar informada. A saber qué hacen los políticos, en qué gastan nuestros impuestos, cómo se ajustan a la Ley y si cumplen o no sus promesas y compromisos. El masaje y el lametón son propios de otras profesiones, en las que se puede ganar dinero y disfrutar de abundantes prebendas, pero no de esta. Les cuento esto, porque he visto que Pedrojota Ramírez sube a la Red un vídeoblog titulado “Sánchez amenaza el derecho a la información de los españoles”. Bienvenido al club, compadre, al de los que llevamos mucho tiempo anunciado que el marido de Begoña no tolera que en España exista libertad de Prensa y retuerce el aparato del Estado para censurar a quienes revelamos los hediondos apaños de su familia y la tentacular corrupción del PSOE. Pedrojota con quien trabajé 25 años y que en mi opinión es la prueba vida de que Kapuscinski estaba en la inopia cuando escribió aquello tan bonito de que ‘para ser buen periodista hay que ser buena persona’, se ha caído por fin del caballo. Tras recibir a millones en publicidad gubernamental y dedicarse sin rubor a pasar la mano por el lomo de los poderosos, pero algo es algo. Hace nada, el 11 de diciembre de 2023, estaba en primera fila del Bellas Artes, aplaudiendo como una foca las gracias que Jorge javier Vázquez soltaba en la presentación del ultimo libro de Sánchez. Acto que el hermano del músico, quien cobra sin trabajar de la Diputación socialista de Badajoz, se ha hecho millonario en un pis-pas y esquiva al Fisco hispano, cargó al sufrido contribuyente. No apareció Pedrojota, hace dos meses, en el listado encabezado por Iñaki Gabilondo, de los pseudoperiodistas que apoyan la implantación de la censura en España. En tropel de paniaguados firmantes del infame manifiesto, figuran -como no- Silvia Intxaurrondo, Rosa María Artal, Maruja Torres, Antón Losada, Rosa Villacastín, Pilar del Río, Miguel Mora, Javier Valenzuela, Jesús Maraña, Cristina Fallarás y hasta el secretario de FACUA, Rubén Sánchez. Y fíjense si esta panda actúa al dictado de La Moncloa, que en su texto contra lo que denominan “golpismo judicial y mediático”, lanzado justo después de que el marido de Begoña subiera a Twitter su primera ‘carta a los borregos’, copian textualmente frases del argumentario sanchista. Entre ellas esa de que “el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas”. Que ayer, el macarra Óscar Puente se lanzará como un mandril contra Vito Quiles, después de que el chaval denunciara con fotos que el sicario de Sánchez aparcó su coche malamente por llegar a tiempo al concierto de Taylor Swift, es de aurora boreal. No sólo insulta, desde su cuenta oficial, el ministro del Gobierno Frankenstein al periodista llamándole ‘saco de mierda’, sino que le amenaza diciendo que va a encargarse ‘personalmente’ de lo que pague caro. ¿Despachando guardias de asalto socialistas a su domicilio en plena noche, como hicieron ministros del PSOE con Calvo Sotelo hace 89 años? ¿Contratando matones de gimnasio para que le agredan, como hace Pablo Iglesias para evitar que Bertrand Ndongo o Josué Cárdenas le pregunten en la calle? ¿Haciendo que el fiscal general Alvarone García Ortiz lo empapele o filtre datos personales, como ha hecho con el novio de Ayuso? ¿Lanzando con él a los inspectores de Hacienda? ¿O instando, como ha hecho su compinche Patxi López con Periodista Digital, a las sumisas Asociaciones de Prensa a que le retiren acreditaciones y lo eliminen profesionalmente? Todo se andará, pero, como decían los Tercios de Flandes, ‘temor sólo de Dios’.
