Cuando pequeño, una sirvienta de su casa, endulzó un biberón con polvo matahormigas, confundiéndolo por azúcar, lo cual afectó al pequeño Fernando, causándole tremendos y graves problemas de salud, que aunque se logró salvarle la vida, le dejaron secuelas de inmovilidad en sus piernas. Se casó con Lucila Valdéz Tirado, una joven bellísima con la cual procreó catorce hijos. Fue marido ejemplar y al saber a su esposa enferma y desahuciada, se hunde en la depresión y muere de un infarto en diciembre de 1979.
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