El final del vídeo lo dice todo. Llega la gente, pacíficamente. Expulsa de la multitudinaria manifestación contra el traidor Sánchez a unos cuantos que no les parecen de 'recibo', porque llevan el rostro tapado. Hay chavales que discuten con la Policía, porque les impide injustamente el paso. Y al final, en plena carga de los antidisturbios, vemos y escuchamos como uno de los 'ultras' más excitados y gritones resulta ser un infiltrado de Marlaska, que vocifera desesperado '¡soy compañero!, lo que ratifica uno de sus captores. Huele que apesta.
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