Desde el 18 de octubre miles de chilenos salieron a las calles. Su principal motivo fue plantarse ante un aumento en el precio del boleto del metro, pero ahora la sociedad sigue enardecida y exige un cambio en el modelo económico neoliberal que existe en el país desde hace más de 30 años y que ha cultivado una alta desigualdad. La crisis se ha agudizado debido a la represión con la que el Gobierno ha respondido a los reclamos. La policía chilena (carabineros) ha respondido a los movimientos de los manifestantes con agua, lanzamiento de gases lacrimógenos y disparos de perdigones. Desde el comienzo de las protestas los enfrentamientos han dejado más de heridos y decenas de personas muertas, de las cuales al menos cinco murieron a causa de balas disparadas por los efectivos policiales. Adicionalmente, se han producido unos arrestos violentos. “Hay muchos casos de palizas, agresiones sexuales y detenciones arbitrarias.
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