Se calienta la calle. Miles de españoles han empezado a manifestarse contra la ilegal amnistía y los turbios apaños que urden Pedro Sánchez y el PSOE para comprar los votos de los separatistas. Este lunes hubo protestas en Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Badajoz, Valladolid, Salamanca… En la madrileña calle de Ferraz, cumpliendo órdenes de Marlaska y con un entusiasmo digno de otros entornos en los que habitualmente se quedan paralizados, los agentes de la Policía Nacional cargaron a porrazo limpio, con pelotas de goma y gases lacrimógenos, contra una multitud de más de personas. Y ya tenemos lesionados, detenidos y reacciones. El felón Sánchez, el mismo que quiere librar de juicio en la Audiencia Nacional a los 12 terroristas de los CDR detenidos en la Operación Judas, escribe en Twitter: “Todo mi cariño y mi apoyo a la militancia socialista que está sufriendo el acoso de los reaccionarios a las casas del pueblo. Atacar las sedes del PSOE es atacar a la democracia”. Vaya por delante que esa docena de facinerosos compraron sustancias químicas para preparar explosivos, los fabricaron y los probaron. Además, prepararon un protocolo para reducir y maniatar a policías y tomar por la fuerza el Parlamento catalán. También acecharon instalaciones de la Guardia Civil e incluso fotografiaron la zona donde los agentes viven junto a sus familias. En sintonía con el jefe del PSOE y pendientes de la subvención oficial, Pedrojota y las ‘visitadoras monclovitas’ titulan que Abascal intenta capitalizar las protestas y que la Policía se vio ‘obligada’ a cargar en Ferraz. ¿Obligada? En el cruce entre Ferraz y Marqués de Urquijo, ante la Parroquia del Inmaculado Corazón de María donde se refugiaron dos centenar de provectos ciudadanos, volaron a mansalva las pelotas de goma, las mismas que el Gobierno Sánchez y sus socios de la Generalitat han prohibido utilizar en Cataluña, para no lastimar a los separatistas violentos. Y después está lo del PP, el oficial, el de los cargos, el que vive estupendamente en la oposición, que se desmarca acojonado del acoso al PSOE y saca un comunicado en el que dice que “la reacción a la amnistía no puede ser desmedida”. Pero vamos a ver, almas de cántaro. Si están en juego la Nación, la igualdad de todos los españoles ante la Ley, la unidad de la Patria, la libertad y la Justicia, echarse a la calle, gritar traidor a Sánchez y plantarse indignado ante las sedes de este PSOE infame es cualquier cosa menos ‘desmedido’. Lo que estamos viendo supera lo grotesco. El mismo Sánchez que amnistía a los patibularios que quemaban contenedores, destrozaban vehículos, asaltaban edificios, lesionaban con adoquines a los policías y bloqueaban semana sí, semana también las principales calles de Barcelona, ordena ahora cargar a porrazos y lanzar gas lacrimógeno y pelotas de goma contra pacíficos manifestantes. Los mismos materiales que no se atrevían a usar contra los terroristas urbanos de Cataluña. Las imágenes de la represión de este lunes en Ferraz, las de los ancianos tirados en el asfalto, asfixiándose con el humo y el vídeo de nuestro reportero Bertrand Ndongo con una bandera de España, afeando a los antidisturbios su gratuita brutalidad, ya forman parte de la prolija hemeroteca de la infamia que acumula este Gobierno de mierda.
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