En las marchas feministas hemos presenciado cientos de personas con la cara cubierta, escondiendo su identidad para cometer delitos; desde hombres encapuchados infiltrados en las marchas, hasta mujeres con martillos y armas blancas amenazando a quienes están alrededor y en ocasiones lesionando personas sin motivo alguno. Por: Erika González-Ehrlich
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