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Hoy hablaremos de alguien a quien le gustaba contar historias. De violencia, de extorsiones, de espionaje y atentados. El problema, era que la mayoría de sus protagonistas ya estaban muertos. Nadie puede corroborar hoy en día sus dichos. La frontera entre la realidad y la ficción está desdibujada. De cualquier manera, Jhon Jairo Velásquez, más conocido como “Popeye”, supo cosechar una fama inusitada. Después de todo, era un sicario. Las historias de Popeye hablaban de sus años al mando directo de Pablo Escobar. Las contaba ante periodistas de todo el mundo, a sus compañeros de celda en la prisión o en su propio canal de YouTube. Quienes investigan el accionar del cartel de Medellín tienen algunas reservas. ¿Es posible confiar plenamente en la palabra de un sicario? Popeye logró atraer la atención de una ciudadanía impactada por la violencia. Y lo hizo bajo el inquietante rol de ser quien apretaba el gatillo. Guión: Mal
