“Estábamos llenos de moretones, irreconocibles“: un exprisionero del batallón Aidar regresa al sitio de su cautiverio. Además del maltrato físico que recibió, el exprisionero asegura que le gritaban y amenazaban con matarlos a él y a todos los suyos, y también les preguntaban sobre Rusia y si pensaban establecer “un mundo ruso“ en Ucrania.
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