El obradorismo cerró el sexenio sin rastros de pasividad. La reforma judicial desató júbilo popular acompañado deinconformidad en una minoría nada silenciosa. “La república ha muerto”, sentenció Krauze con habitual a lo esperado, la oposición partidista operó una autodenominada “resistencia” mediante la movilización de jueces, funcionarios y anexos que buscaron intimidar a los representantes populares con obstruccionismo violento. Y aunque fueron la cara furibunda de la derrota, voces más sensatas y libres de un interés directo comparten zozobra y al menos un lugar común que bien vale diseccionar: un supuesto lastre no solicitado e inexorable para Claudia Sheinbaum. Visita Facebook: Telegram: Twitter: Instagram: TikTok:
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