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Nazismo, Ecologismo y Reducción de la Población LA FAMILIA REAL BRITÁNICA 1. Cuando aludimos a las élites corporativas que han venido controlando el desarrollo del corporativismo posmoderno de inspiración neonazi (incluyendo el posmofeminismo, el catastrofismo climático, la manipulación de las minorías sexuales o nacionales o los movimientos migratorios) las casas reales europeas han venido desempeñando, junto a los grandes inversores, un papel fundamental. 2. Las simpatías de estas casas reales por el fascismo y el nazismo son bien conocidas. Unas simpatías que se realinearon a partir del estallido de la Segunda Guerra Mundial, con el claro objetivo de asegurar las buenas relaciones con el bando que, finalmente, resultara ganador. La familia real británica, en base a su poder económico, social y político, es un claro referente de esta trayectoria. 3. Las llamativas simpatías nazis del rey Eduardo VIII y su mujer son bien conocidas. Con frecuencia, explicadas por el papel del nazismo en la lucha contra el comunismo. Eduardo también inició el patrocinio real de organizaciones ecologistas, patrocinando a Fauna y Flora desde 1928 a 1937. 4. Como muestra complementaria de la posición pro-nazi de la familia real británica, en un vídeo que no se difundió hasta el año 2015, podemos observar a la futura Reina Isabel, con 7 años de edad, haciendo el saludo nazi junto a su madre y su tío, en el año 1933. Son dos gestos claramente reveladores de un contexto bien conocido de simpatías nazis del conjunto de las casas reales europeas y de la británica en particular. 5. De interés ha sido también la trayectoria de Felipe de Edimburgo, rey consorte hasta su muerte en 2021. 6. Felipe fue cofundador en 1961, junto con Bernardo de Holanda y el eugenesista Julian Huxley, del WWF, cuyas bases neonazis y eugenésicas ya hemos expuesto en otro documento. En 1971 fue cofundador, también con Bernardo de Holanda, del Club 1001, fundamental en movilizar a líderes de la nobleza y las altas finanzas para la captación de fondos que han sido y son sustanciales para impulsar el movimiento ecologista en el mundo a partir de entonces. Felipe presidió el WWF entre 1981 y 1996 y fue Presidente emérito de WWF Internacional hasta su muerte. Todo ello, en la línea habitual de las familias reales europeas, compaginando el conservacionismo radical con una obsesiva afición por la caza de especies protegidas como osos, ciervos o tigres. 7. Pero lo más significativo del perfil de Felipe de Edimburgo era su visión neonazi y eugenésica del ecologismo, equivalente a la de Bernardo de Holanda, como un instrumento de la reducción de la población. 8. Es bien conocida su afirmación en 1988 de que “me gustaría reencarnar como un virus mortal, para contribuir a resolver la sobrepoblación”. Aunque esta afirmación se ha pretendido excusar con cierta torpeza, pocas dudas hay sobre su significado real. No se trataba de un error o una improvisación. Ya lo había afirmado por escrito en 1987, en el prólogo al libro “Si yo fuera un animal”. 9. Veamos otra respuesta, recogida en vídeo en una entrevista: PERIODISTA: ¿Cuál cree usted que es el mayor reto en la conservación? FELIPE DE EDIMBURGO: La creciente población humana. En la situación actual, no hay nada más. PERIODISTA: “¿Y tiene alguna opinión sobre lo que se debería hacer al respecto?“ FELIPE DE EDIMBURGO: (Sonriendo): “¿No puedes adivinarlo?“ 10. Veamos las declaraciones de Felipe de Edimburgo a la revista People en 1981: “El crecimiento de la población humana es probablemente la amenaza más grave a largo plazo para la supervivencia. Nos espera un gran desastre si no se frena, no sólo para el mundo natural, sino también para el mundo humano. Cuanta más gente haya, más recursos consumirán, más contaminación crearán, más lucharán. No tenemos opción. Si no se controla voluntariamente, se controlará involuntariamente mediante un aumento de las enfermedades, el hambre y la guerra.“ 11. Finalmente, recojamos un fragmento de su discurso “La gente y la naturaleza” que pronunció el 30 de marzo de 1990 en las Naciones Unidas en Nueva York: “Hace más de 25 años empecé a darme cuenta de que, si bien la especie humana debe mucho a los científicos y tecnólogos, la explosión resultante de la población humana se ha convertido en la causa principal de la degradación del medio ambiente natural y en la responsable de la extinción de especies salvajes de plantas y animales. (...) (Por falta de espacio, el resto del texto lo puedes localizar en el pdf abajo indicado) Éste es un documento elaborado por EKAI Center dentro del Proyecto GOGOZ, siguiendo la metodología de consenso HURBIL. Gracias por tu interés. Sigue con nosotros. Si compartes las ideas de este texto, crees que sería bueno hacer algo al respecto y vives en el País Vasco, ponte en contacto con nosotros.
