Hay partidas, como la de este vídeo (Bogolyúbov-Rellstab, Varsovia 1940), que se hacen inmortales por una sola jugada, bellísima y muy sorprendente. Eso aumenta la fama histórica del autor de la joya, pero implica el riesgo de eclipsar el resto de su obra y contribución al ajedrez. Más vídeos de Deportes: Más vídeos de EL PAÍS: Síguenos: Facebook: Twitter: Instagram:
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