Que un policía dispare a quemarropa sobre un adolescente de ascendencia magrebí, que no tiene arma ni lo está amenazando de ningún modo ni acaba de cometer delito alguno, es un crimen inaceptable de la brutalidad policial. Que el adolescente muera por esos disparos absurdos explica que se produzca una ola de furia en las calles de las ciudades francesas. Pero la duración en el tiempo y los niveles de destrucción causados por los enfrentamientos entre policías antimotines y jóvenes que protestan contra la represión racista, parece señalar el síntoma de una patología profunda. Otra opinión de Claudio Fantini. ▶ Si todavía no lo hiciste, SUSCRIBITE: ✅ Informate en nuestra web y seguinos en las redes: → WEB: → INSTAGRAM: → FACEBOOK: → TWITTER: → TIKTOK: @eldocetv
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