El mes pasado, el presidente ruso visitó Corea del Norte y firmó el Tratado de Asociación Estratégica Integral, consolidando la relación entre ambas naciones. Este acuerdo no solo fortalece los lazos diplomáticos sino que también marca un hito en la cooperación económica, especialmente en torno al Río Tumen. Este río, con una historia compleja de disputas geopolíticas, se ha convertido en un punto focal estratégico para China, Rusia y Corea del Norte. Desde que Rusia inició una operación militar en Ucrania en 2022, las sanciones occidentales han afectado severamente su economía. En respuesta, Rusia ha revitalizado la “Estrategia del Lejano Oriente“ durante el 8º Foro Económico Oriental, destacando la importancia del desarrollo regional. La reintroducción de esta estrategia busca atraer inversión internacional y mejorar la infraestructura, incluyendo proyectos clave como la expansión del Río Tumen. Este río, que limita con China y Corea del Norte, ha sido objeto de atención internacional debido a su potencial como vía de navegación estratégica. Sin embargo, su desarrollo ha enfrentado desafíos significativos, como la falta de infraestructura adecuada y la oposición de países como Japón, preocupado por sus implicaciones geopolíticas y de seguridad. El proyecto del Río Tumen incluye la construcción de zonas de desarrollo portuario compartidas y un nuevo puente transfronterizo, facilitando el comercio y fortaleciendo la cooperación económica regional. Para China, Rusia y Corea del Norte, este proyecto representa no solo oportunidades económicas sino también una afirmación de su influencia en la región.
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