La Comisión Europea al parecer ha desistido de su plan de imponer un tope de precios al gas ruso, pero insiste en la aplicación de impuestos extraordinarios sobre las ganancias “excedentes“ de las empresas energéticas, informa The Guardian que ha tenido acceso al proyecto del plan de ahorro energético. El documento no contiene un precio máximo para el gas procedente de Rusia ni para el hidrocarburo que la Unión Europea importa desde otros países. La semana pasada, los países miembros de la UE no pudieron llegar a un acuerdo sobre dicha medida.
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