1. Podemos entender por fanatismo la defensa desmedida de un posicionamiento o ideología, la defensa sin capacidad de contraste racional con la realidad. Fanatismo no es radicalismo. Los problemas radicales, con frecuencia, pueden necesitar soluciones radicales. El radicalismo no es fanatismo si es racional. 2. El fanatismo ideológico no es bueno en ningún movimiento social y, por supuesto, tampoco en la socialdemocracia. Pero puede tener una base ética o moral clara, aunque sea mal entendida o interpretada. El fanático ideológico puede estar actuando correctamente según su conciencia, aunque lo haga de una forma equivocada y desproporcionada. 3. Una cuestión distinta es el fanatismo de partido. El fanático de partido defiende también de forma desmedida a su grupo político y se revuelve sistemáticamente contra la crítica, a la vez que ataca de forma constante y desproporcionada a todo lo que tiene que ver con otras formaciones polític
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