La Biblia no ofrece una explicación detallada sobre cómo o por qué los demonios rechazaron a Dios. Sin embargo, se mencionan ciertos eventos y principios que pueden ayudarnos a entender este tema desde una perspectiva cristiana. De acuerdo con la tradición cristiana, los demonios son ángeles caídos que se rebelaron contra Dios. Se cree que Dios creó a los ángeles como seres espirituales con libre albedrío, lo que significa que tenían la capacidad de elegir obedecer o desobedecer a Dios. Algunos ángeles, incluyendo a Lucifer (también conocido como Satanás), se rebelaron contra Dios y eligieron seguir su propia voluntad en lugar de someterse a la autoridad y el gobierno de Dios. Se mencionan algunos pasajes bíblicos que se interpretan como referencias a la caída de Satanás y otros ángeles. Por ejemplo, Isaías 14:12-15 y Ezequiel 28:12-19 son pasajes que se consideran aluden a la caída de Lucifer, quien se elevó en su corazón y se rebeló contra Dios, buscando igualarse o exaltarse por encima de Dios. Jesús también habló sobre la caída de Satanás en Lucas 10:18, donde mencionó que vio a Satanás caer del cielo como un rayo. La razón exacta por la cual Satanás y los demás ángeles se rebelaron contra Dios no se especifica claramente en la Biblia. Sin embargo, algunos teólogos y estudiosos de la Biblia especulan que la soberbia, el orgullo y la búsqueda de autonomía son algunas de las posibles razones detrás de la caída de Lucifer y los ángeles que le siguieron. Es importante tener en cuenta que la teología sobre los ángeles y los demonios puede variar entre las diferentes denominaciones y tradiciones cristianas. Sin embargo, en general, se sostiene que los demonios son seres espirituales caídos que rechazaron la autoridad de Dios y eligieron seguir su propia voluntad en rebelión contra Dios.
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