Miles de manifestantes marcharon el sábado en la capital de Corea del Sur, Seúl, para denunciar los intentos del Gobierno de obligar a los camioneros a volver al trabajo después de que se declararan en huelga por una disputa sobre el precio de los fletes. Los manifestantes, en su mayoría miembros de sindicatos, se dirigieron a la Asamblea Nacional de Seúl y acusaron al Gobierno conservador del presidente Yoon Suk Yeol de opresión laboral y de ignorar lo que describen como duras condiciones de trabajo. Los camioneros también denunciaron las dificultades económicas del sector, agravadas por el aumento del coste del combustible.
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