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Vctor Jara A Cuba

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Víctor Jara decía, en una entrevista que le hicieron en Cuba: Mientras el neofolklore seguía adelante con sus pompas de jabón y sus multicolores fantasías, a nosotros nos empezaron a buscar los universitarios. ( ... ) Y los jóvenes universitarios nos llamaron y comenzaron a causar polémica. Entonces empezamos a sustentar posiciones, a hablar de la penetración cultural imperialista, e íbamos abriendo brecha contra viento y marea, contra los medios de información, contra la censura, contra la persecución, contra la violencia. Cantábamos en facultades universitarias, en peñas, en centros de trabajo. La Central Unica de Trabajadores se dio cuenta que ésta era una canción que la clase obrera y campesina necesitaba para sus luchas, que era bandera de sus reivindicaciones, y nos llamó a recitales con los trabajadores. Mientras seguíamos censurados por la burguesía, nuestro auditorio aumentaba ... La juventud latinoamericana vive una realidad pobre. Una muchacha de 17 o 18 años, de un barrio cualquiera, uno de los siete hijos de un matrimonio obrero, que tiene que buscar el agua a seis cuadras de distancia, que duerme de a cuatro en una cama, que estudia y la escuela se le hace un infierno por la promiscuidad y los problemas familiares, por la miseria, escucha a Raphael en la radio a cada instante, cantándole al amor. Y lee en una revista que está enamorado de una niña linda, -estoy inventando, pero todas estas historias son iguales- que descansa en una isla del Mediterráneo, después de sus constantes giras, y tiene autos, y esta niña se encuentra con él en París. Entonces esa muchacha obrera ingresa al fan's club de Raphael, ¿Por qué? Porque busca encontrar un color más agradable a todo ese color oscuro que la rodea, y cada vez se va evadiendo y conformándose más, y odiando a su propia clase. Partimos de fuentes muy específicas, de lo que es el canto y lo que es el instrumento que utiliza el pueblo para expresarse, el campesino, el indígena de la cordillera, el indígena nuestro del Sur. Partimos de allí porque ese es el único surco de donde nos nutrimos para florecer. El trabajador, campesino, el obrero, tienen una manifestación cultural que les es propia, que los identifica con su trabajo, con su tierra, con su ambiente. El pueblo crea melodías, instrumentos y ritmos que le son útiles para subsistir en medio de las limitaciones en que se desenvuelve. Tocando el charango, el tiple colombiano, el cuatro venezolano, nos dimos cuenta que le estábamos entregando al pueblo chileno un conocimiento y una identificación con sus propias cosas. Cosas que ellos desconocían no por ignorancia sino porque eran mantenidas en la ignorancia, ( ... ) Nuestro canto no tiene fronteras, ni siquiera las fronteras del lenguaje, porque el enemigo lo tenemos en tierras de distintos colores y lenguas, y trata de desangrarnos a todos por igual. Mientras más nos conozcamos seremos más fuertes. ( ... ) Integramos todo tipo de cuerda y viento del pueblo latinoamericano para lograr un enriquecimiento sonoro. Si la América latina es un sólo país y tiene tantos instrumentos, ¿Por qué tenemos que estar separados si todos somos iguales y tenemos un mismo enemigo? ......................................... “A Cuba“ Si yo a Cuba le cantara, le cantara una canción tendría que ser un son, un son revolucionario, pie con pie, mano con mano, corazón a corazón, corazón a corazón. Pie con pie, mano con mano, como se le habla a un hermano. Si me quieres, aquí estoy, qué más te puedo ofrecer, sino continuar tu ejemplo, comandante compañero, viva tu revolución. Si quieres conocer a Martí y a Fidel a Cuba, a Cuba, a Cuba iré, si quieres conocer los caminos del Che, a Cuba, a Cuba, a Cuba iré, si quieres tomar ron pero sin Coca Cola, a Cuba, a Cuba, a Cuba iré, si quieres trabajar a la caña de azúcar, a Cuba, a Cuba, a Cuba iré, en un barquito se va el vaivén. Si yo a Cuba le cantara, le cantara una canción tendría que ser un son, un son revolucionario, pie con pie, mano con mano, corazón a corazón. Como yo no toco el son pero toco la guitarra que está justo en la batalla de nuestra revolución será lo mismo que el son que hizo bailar a los gringos, pero no somos guajiros nuestra sierra es la elección.

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