Víctor Lidio Jara Martínez (1932-1973), conocido como Víctor Jara, fue un músico, cantautor, profesor, director de teatro, activista político y miembro del Partido Comunista de Chile. Su figura es un referente internacional de la canción protesta, porque debido a su militancia ysus canciones, fue torturado y asesinado en el antiguo Estadio Chile (llamado actualmente Estadio Víctor Jara como homenaje) por fuerzas represivas de la dictadura de Augusto Pinochet, poco después del golpe de Estado que derrocó al gobierno democrático de Salvador Allende. Víctor jara se encontraba en Londres en 1968, invitado por el British Council para pasar una temporada en Inglaterra para observar diversas obras de teatro que se hacía allí en ese momento. Mientras él se encontraba en Stratford-upon-Avon, en la celebración del aclamado Shakespeare´s Birthday, en Chile su hija Amanda, que por ese entonces tenía 3 años de edad, caía enferma en el hospital. Jara al saber esa noticia, empezó a enviar cartas a su esposa para conocer el estado de salud de su hija, pero eran justo los días en que los funcionarios de correos británicos estaban en huelga. Asi que, sentado en la cama de su hotel, y con un desbordante sentimiento de soledad y premonición compuso este tema. Lo nombres de los personajes obreros de esta historia de amor, Manuel y Amanda, fueron ideados por Jara en homenaje a sus padres y su hija A Víctor Jara le rompieron las manos a culatazos de revólver, pero aún así ahora, casi 40 años después, sigue cantando no sólo para su pueblo chileno, sino para todo el mundo, canciones tan bellas como ésta: TE RECUERDO, AMANDA Letra y música: Víctor Jara Te recuerdo Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel. La sonrisa ancha la lluvia en el pelo no importaba nada ibas a encontrarte con él con él, con él, con él. Son cinco minutos: la vida es eterna en cinco minutos. Suena la sirena, de vuelta al trabajo y tú caminando lo iluminas todo; los cinco minutos te hacen florecer. Te recuerdo Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel. La sonrisa ancha, la lluvia en el pelo, no importaba nada: ibas a encontrarte con él con él, con él, con él, que partió a la sierra, que nunca hizo daño, que partió a la sierra y en cinco minutos quedó destrozado Suena la sirena, de vuelta al trabajo. Muchos no volvieron, tampoco Manuel. Te recuerdo Amanda, la calle mojada, corriendo a la fábrica donde trabajaba Manuel.
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