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El 12 de junio de 1926 nació Vitaly Egorovich Kopylov, ingeniero mecánico, organizador de la producción industrial, jefe de empresas de la industria de la aviación soviética y rusa. Se fue a los 68 años. Se pegó un tiro. No podía entender cómo los dirigentes del país, representados por Yeltsin y su equipo, estaban destruyendo el trabajo de su vida: la industria de fabricación de aviones. Kopylov dirigió la empresa de aviación de Kazán. Lanzó al cielo los famosos “Cisnes Blancos“, los Tu-160, aviones supersónicos portadores estratégicos de misiles. En 1990, cuando la Unión Soviética ya comenzaba a desmoronarse, en una de las juntas del Ministerio de Industria Aeronáutica, pronunció la frase profética de que la compra de aviones Boeing era la muerte de la industria aeronáutica nacional. Y así sucedió. Cuando Yeltsin detuvo la producción del Tu-160, Vitaly Egorovich se retiró. Pero no pudo calmarse. En febrero de 1995 se pegó un tiro en su oficina. Hasta el final, siguió siendo el director de la planta de aviación de Kazán y ver morir una empresa única fue para él, peor que la muerte. Los cisnes Kopylov todavía están en servicio. Uno de ellos lleva el nombre de Vitali Egorovich. Hoy, fruto de las sanciones anti rusas de occidente, la industria aeronáutica rusa está intentando renacer. #historia #Tu160 #Rusia #URSS
