En ciertos momentos, Dios nos habla en sueños, voces, visiones o de otra manera para advertirte de ciertos peligros o para hacernos saber que Él está escuchando nuestras oraciones. Sólo confía en Dios. Si recibimos un mensaje de parte de Dios, simplemente estamos obedeciendo Su pedido en Su nombre. El resto lo hace como quiere. De lo contrario, sin duda dejaría que la piedra hablara por sí misma. Porque el Señor ama las obras de los justos y cumple sus promesas.
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