El crudo invierno orilla a muchos europeos a convertirse en “migrantes energéticos“. De acuerdo con las búsquedas en algunas plataformas de hospedaje y ministerios de Turismo, la tendencia de ciudadanos que “escapan“ a destinos cálidos aumenta. Esta situación coincide con las altas tarifas energéticas y la escasez de gas, a raíz de las sanciones antirrusas. Por sus temperaturas ligeramente más altas, los turistas optan por unas extensas vacaciones en España, Grecia y Portugal, países que se promueven como “refugios económicos“, donde algunos incluso analizan una residencia permanente.
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