La guerra comercial entre Estados Unidos y China, que comenzó hace varios años, sigue sin resolverse, impactando significativamente a ambas naciones y a la economía global. El 9 de agosto de 2023, el presidente de EE. UU., Joe Biden, emitió una orden ejecutiva que prohíbe a las firmas estadounidenses de capital de riesgo y capital privado invertir en los sectores de computación cuántica, semiconductores e inteligencia artificial de China. A medida que la “desacoplamiento“ entre EE. UU., la UE y China se profundiza, reducir los lazos económicos con China resulta más complejo que una separación completa. Estados Unidos y China son jugadores clave en la economía global. Desde finales del siglo XIX, EE. UU. ha sido una fuerza dominante, especialmente después de la Segunda Guerra Mundial y tras la caída de la Unión Soviética. China, por su parte, ha experimentado un rápido crecimiento económico en los últimos cuarenta años, convirtiéndose en una parte crucial de la cadena de suministro global y en un socio comercial clave para muchos países. El desacoplamiento entre EE. UU. y China requerirá una reconfiguración significativa de sus relaciones económicas, desmantelando relaciones comerciales intrincadas y reestructurando cadenas de suministro. Las tensiones geopolíticas y las preocupaciones de seguridad nacional son las principales motivaciones para el desacoplamiento. En 2022, el volumen comercial entre EE. UU. y China subrayó su interdependencia económica. China es el tercer mayor mercado de exportación de bienes de EE. UU. y el sexto mayor mercado de exportación de servicios. Las exportaciones de bienes y servicios de EE. UU. a China apoyaron más de un millón de empleos estadounidenses. Sin embargo, el total de importaciones de EE. UU. desde China disminuyó un 20.3% interanual a $ mil millones en 2023. El déficit comercial significativo de EE. UU. se deriva de sus fundamentos macroeconómicos. En 2022, el déficit comercial total de EE. UU. con 106 economías, incluida China, alcanzó un récord de $ billones, un resultado de una grave escasez de ahorros domésticos. Las políticas de EE. UU. dirigidas a maximizar los empleos en manufactura doméstica probablemente fracasarán, y el “desacoplamiento“ puede excluir industrias y políticas comerciales que más contribuyen a la innovación y la seguridad nacional. La competencia entre EE. UU. y China es particularmente feroz en campos de alta tecnología. Se espera que EE. UU. intensifique la presión sobre China, especialmente en industrias estratégicas de alta tecnología, limitando la inversión en sectores críticos como semiconductores, computación cuántica e IA. #GuerraComercial #Desacoplamiento #RelacionesEconómicas #InterdependenciaEconómica #AltaTecnología
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