En 1964 Ariel Ramírez publicó su obra más famosa: La MISA CRIOLLA y los villancicos de NAVIDAD NUESTRA. El más famoso de estos últimos fue LA PEREGRINACIÓN, que alcanzo gran fama en Francia, con el título de ALOUETTE. El problema era que se olvidaron de que el bello tema tenía un autor. Tras esta desagradable experiencia, Ariel Ramírez desarrolló una intensa labor en defensa del derecho de autor. “Me hice dirigente autoral porque me robaron una obra. Fue en Francia que grabaron con otro título mi obra “La Peregrinación“. Sentí mucha pena. Y pensé que si a un tema tan difundido y de un autor al que le grabaron muchísimas composiciones le hacen esto, qué será a los menos difundidos. Tras sentir en carne propia el daño moral y material que eso significa, decidí ponerme al lado de los que tanto lucharon y siguen luchando por los derechos autorales“. El estilo de la bellísima melodía es el de una huella pampana. En aquellos tiempos, aún a mediados del siglo XX, se podía distinguir entre la carretera -por la que circulaba el automóvil y que había sido antes camino carretero o de carretas- y la huella -ese sendero estrecho que se formaba en un terreno por el paso del caballo o de la mula. Y era un gran placer, entonces, el poder cabalgar por la ancha pampa. Basándose en ese nombre, existe una sentida danza que ya se bailaba en 1830 y se caracteriza por su música de tono melancólico: la huella pampeana. La grabación del tema está sacada del film EL CANTO CUENTA SU HISTORIA, que dirigieron en 1976 Fernando Ayala y Héctor Olivera. Los intérpretes son el grupo salteño de LOS FRONTERIZOS, formado entonces por Gerardo López, Eduardo Madeo, Juan Carlos Moreno y Yayo Quesada, quien había sustituido a César Isella. LA PEREGRINACION. Huella pampeana Letra: Félix Luna Música: Ariel Ramírez) A la huella, a la huella, José y María, por las pampas heladas, cardos y ortigas. A la huella, a la huella, cortando campo. No hay cobijo ni fonda; sigan andando. Florecita del campo, clavel del aire, si ninguno te aloja, ¿a dónde naces? ¿Dónde naces, florcita, que estás creciendo? Palomita asustada, grillo sin sueño. A la huella, a la huella, José y María, con un Dios escondido, nadie sabía. A la huella, a la huella los peregrinos. ¡Préstenme una tapera para mi niño! A la huella, a la huella, soles y lunas; dos ojitos de almendra, piel de aceituna. ¡Ay burrito del campo! ¡Ay buey barcino! ¡Mi niño está viniendo, háganle sitio! Un ranchito de quincha sólo me ampara; dos alientos amigos, la luna clara A la huella, a la huella, José y María, con un dios escondido, nadie sabia. VOCABULARIO huella: (arg) sendero estrecho formado en un terreno por el paso del caballo o de la mula. tapera: (arg) vivienda humilde, abandonada o en muy mal estado. barcino: (arg) de color rojizo con manchas transversales oscuras. quincha (quechua): entramado de caña o bambú recubierto con barro.
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