Miles de manifestantes volvieron el 30 de julio a irrumpir en el edificio del Parlamento de Irak, en Bagdad, por segunda vez en una semana. Las fuerzas de seguridad iraquíes usaron gases lacrimógenos y bombas de sonido para tratar de repeler a la multitud y causaron varios heridos entre los manifestantes, recoge AP. El asalto, por parte de seguidores del clérigo chiita Muqtada al-Sadr, líder del Movimiento Sadrista, se produce como protesta contra la decisión de designar a Mohammed al Sudani para el cargo de primer ministro del país.
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