En el norte de Bolivia, investigadores han descubierto un tipo de suelo conocido como ’terra preta’, que fue desarrollado en el pasado por comunidades indígenas para mejorar la fertilidad del suelo. Actualmente, compañías de países como China, Alemania y Rusia están fabricando versiones similares de esta tierra oscura a nivel industrial. Estas empresas emplean tecnologías inspiradas en las prácticas de los nativos americanos con el objetivo de ayudar a los agricultores a aumentar la producción de sus cosechas y al mismo tiempo enfrentar el cambio climático.
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