El fin de semana ha sido intenso. El atentado contra Donald Trump que casi le cuesta la vida y las enormes alegrías que nos han dado Carlos Carlos Alcaraz en Wimbledon y la selección española de fútbol ganando la Eurocopa no nos han dado un respiro. De Trump hablaremos mañana. La Convención Republicana está en marcha y, aunque queda mucho hasta noviembre, ya pueden poner los demócratas a quien quieran que, desde el sábado pasado por la noche, Trump tiene todas las papeletas para volver a la Casa Blanca. La fortaleza con la que salió del lugar del atentado, la cara ensangrentada, el puño en alto, la bandera americana y los gritos de “¡USA, USA...!“ son ya, salvo sorpresa, su pasaporte a una nueva presidencia. Más allá de otras consideraciones geopolíticas, la América real va a votarle como presidente porque quieren un líder con determinación al frente de su país y no un señor gagá
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