Llegará un día en que nadie tenga que explicar nada a nadie porque todo estará muy clarito. Con las cartas boca arriba y en la presencia de Dios, todas las dudas quedarán disipadas. Todo durante la vida nos va enfocando la mirada hacia la Cruz de Cristo. Podremos mirar o desviar nuestra mirada hacia otro lado. El mundo, de hecho, pugna con insistencia por desviar nuestra atención hacia cosas alarmistas, coyunturales, que nos quitan la paz del corazón. Pero llega el fin de los tiempos para los que han querido pervertir el fin sobrenatural de las criaturas divinas. Es momento para levantar la mirada y cobrar ánimo, porque resistir ya es vencer.
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