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La caída en picado de la popularidad del Rey está siendo tan acelerada que ha provocado una auténtica conmoción en Zarzuela. Si en la noticia colgada por Casa Real en el discurso de legislatura de 2020, todos, absolutamente todos, con la excepción de algún podemita, eran de respaldo total al monarca, ahora, las reacciones al mismo discurso, el de ayer, son radicalmente contrarias. Lo malo para la Jefatura del Estado es que la izquierda y los separatistas siguen con su odio hacia la Corona, mientras que el rechazo entre millones de españoles que siempre han apoyado al Rey, ahora crece por momentos. Y ayer, Felipe VI parecía asistir a un acto institucional más, en una España normalizada, cuando estamos en pleno proceso calificado por los jueces como de derribo del Estado de Derecho, un desafío a la democracia tan grave como que no se había visto en 45 años. Pues bien, ayer el Rey no parecía ser consciente de los que para tantos millones de españoles es una evidencia.
