El destino de Piña y de su séquito está echado. No hay manera de que evadan su encuentro con la historia. Las élites que tanto la adulan y adulan a las y los ministros que la acompañan no podrán mantener sus privilegios. Los van a perder, como sea. Es en un año, o es en dos. Los perderán. Pero parecen no darse cuenta. Piensan que pueden decir azul aunque sea rosa, o rosa aunque sea azul, e imaginan que la gente se los cree y que si no se los cree, no abrirá la boca. Dicen que vivimos una dictadura pero nadie ve tanquetas en las calles o bayonetas desfilando en el barrio; dicen que se va a acabar “el equilibrio de poderes” cuando ese poder corrupto que tanto defienden siempre sirvió a los intereses del Presidente en turno. Acusan que se instaura una monarquía en México pero corren a España a refugiarse en los brazos de una monarquía corrupta. Visita Facebook: Telegr
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