Hay artesanos vocaciones y los hay románticos. Son aquellos que mantienen vivos oficios ya olvidados, pero que aprendieron de sus padres y abuelos. Son aquellos que, aunque jubilados, continúan ejerciendo una artesanía por el mero placer de que no acabe perdiéndose. Son como Leopoldo Villaseñor. Él es el último hojalatero de la Península Ibérica, y busca aprendiz para perpetuar este oficio. ¿Te animas? Más información: Facebook: Twitter: Instagram: Web:
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