Ghiggia es recordado por haber hecho el segundo gol a Brasil a los 34 minutos del segundo tiempo en el “Maracanazo“, es decir, en el último partido del Campeonato Mundial de fútbol de 1950 en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, Brasil. Brasil era el favorito y con sólo empatar el partido ganaría el campeonato; además era alentado por un público de unas personas, con lo cual ese gol a 11 minutos del final ha tenido una trascendencia inusitada en la historia del fútbol mundial, ya que es considerada por algunos como la hazaña más grande de la historia de los mundiales. Más tarde, de 1957 a 1959, jugó para la selección de Italia. En diciembre de 2009 fue invitado a Brasil para ser homenajeado en la vereda de la fama del estadio Maracaná. A lo largo de su vida siempre ha manifestado que: «Solo tres personas en la historia han conseguido hacer callar al Maracaná con un solo gesto: el Papa, Frank Sinatra
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