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El Presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, realizó una visita oficial a Mongolia del 2 al 3 de septiembre de 2024. Esta es la primera visita oficial de Putin a un país que ha firmado y ratificado el Estatuto de Roma, desde que la Corte Penal Internacional emitiera una orden de arresto en contra de él. En teoría, el gobierno mongol debería de haber arrestado a Putin y entregarlo a la corte. Sin embargo, no fue así. No solo porque Putin es un jefe de estado con inmunidad diplomática, sino también porque sería una declaración de guerra en contra de Rusia. Y Mongolia, no solo es aliada de Rusia, sino que también depende económicamente del suministro de gas y petróleo ruso en casi un 95%, además de que Mongolia está aislada entre China y Rusia. Así que, el gobierno mongol en lugar de acatar una orden ilegitima, políticamente motivada y que no tiene nada que ver con la justicia de arrestar a Putin, decidió ver por sus intereses nacionales y recibir lo con todos los honores que un jefe de estado aliado se merece. A diferencia de los que gobiernan en Ucrania, los políticos mongoles no están dispuestos a llevar a su país al desastre por seguir los dictámenes de los Estados Unidos. La decisión de Mongolia de no arrestar a Putin fue muy criticada por los países vasallos de los Estados Unidos, así como por la Unión Europea quien, junto con Ucrania, exigieron a Mongolia arrestar a Putin. Incluso el Ministerio de Asuntos Exteriores de Ucrania amenazó a Mongolia con “consecuencias” por no detener al presidente Vladimir Putin, a su llegada a Ulán Bator y entregarlo a la Corte Penal Internacional. También, un par de ucranianos se manifestaron en la capital de Mongolia en contra de la visita de Putin, pero la policía mongola los retiró rápidamente. La visita del mandatario ruso se realizó sin problemas, Putin fue recibido con una guardia de honor a su llegada a la capital de Mongolia, Ulán Bator, donde se reunió con su par mongol, Ukhnaagiin Khurelsukh, así como con otros altos funcionarios del país asiático. Durante las conversaciones, el jefe de Estado ruso invitó a Khurelsukh a participar en la próxima cumbre de los BRICS, que se celebrará en la ciudad rusa de Kazán en octubre del año en curso. A su vez, el presidente mongol aceptó la invitación de Putin. Tras las negociaciones con el jefe de Estado de Mongolia, el presidente Putin declaró: Las relaciones con Mongolia son una prioridad para la Federación de Rusia. La interacción ruso-mongola en materia de cooperación técnico-militar y antiterrorista contribuye a la seguridad en Asia; Las posiciones de Moscú y Ulán Batór sobre muchos temas globales de actualidad son cercanas; Mongolia ha sido un país amistoso y un aliado de Rusia durante décadas; Putin informó de un aumento significativo en el volumen de negocios comercial con Mongolia. Los pagos comerciales entre Rusia y Mongolia se realizan casi en su totalidad en monedas alternativas al dólar y al euro. El proyecto del gasoducto desde la Federación Rusa hasta China a través de Mongolia se encuentra actualmente bajo examen estatal. Se está considerando la posibilidad de suministrar gas ruso a los consumidores mongoles. Moscú está abierta a proyectos de energía nuclear conjuntos con Ulán Batór. Putin invitó al presidente de Mongolia a Moscú para celebrar el 80º aniversario de la Victoria. Mientras que el presidente de Mongolia declaró: Mongolia defiende el desarrollo y la ampliación de la cooperación con Rusia en el marco de su política exterior pacífica, independiente, abierta y multifacética; La actual visita del mandatario ruso al país asiático es importante para enriquecer las relaciones amistosas y la cooperación mutuamente beneficiosa entre los dos Estados, especialmente para un mayor desarrollo en varios ámbitos, incluídos la energía y el transporte; Ulán Batór confía en que Moscú se convertirá en un líder en el establecimiento de la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible y el bienestar de la humanidad en todo el mundo. #geopolitica #Putin #Rusia #Mongolia
