En la comunidad peruana de Aycas, manifestantes incendiaron la sede del Ministerio Público para protestar por el fallo judicial en el caso del homicidio de Daniel Quispe, un estudiante de 18 años que fue asesinado recientemente por compañeros de clases. La Fiscalía decidió dejar en libertad a los implicados, lo que provocó la indignación popular. La Policía lanzó bombas lacrimógenas para despejar la revuelta, que dejó al menos cinco heridos y varios detenidos.
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