Fue en la región del Alto Egipto, en 1945, en donde unos campesinos encontraron unas jarras encontardas en unas cuevas en las que hallaron una serie de manuscritos antiguos, que al ser revisados, eran parte de una biblioteca de escritos antiguos, particularmente de evangelios cristianos y otros relacionados, la llamaba biblioteca de Nag-Hamadi. Eran escritos de hace más de 15 siglos, que estaban escritos en lengua copta. Su descubrimiento fue sumamente importante e impactante en el mundo, cambiando un tanto las creencias, las inclinaciones y las influencias que había en el mundo. Fueron estos textos que causaron gran expectación y curiosidad en el mundo, así como un inusitado interés por recorrer sus páginas. Este texto era conocido en la antiguedad, pues fue citado y mencionado por varios escritores cristianos. Anteriormente se encontraron otros papiros, en el siglo XIX y principios del siglo XX, pero eran fragmentos con varias lagunas y problemas en sus contenidos. Posteriormente se hicieron sus trabajos de traducción, redacción e interpretación de los mismos, que se han puesto en varias lenguas, entre ellas la castellana, de la cual una se presenta en esta edición. El Evangelio según Tomás es uno de los más destacados de esta colección de esceitos cristianos, llamados “Apócrifos“, es decir, escritos que no fueron reconocidos en el cánon de la escritura sagrada, durante varios concilios y reuniones de las autoridades de la iglesia Católica. Entonces, este y otros escritos fueron relegados y separados de la Biblia, y en ocasiones se le considera como un texto oculto, en el que se exponen diversos pasajes y enseñanzas ocultas, no del todo reconocidas. Otros sostienen que contiene parte de las doctrinas y enseñanzas ofrecidas por Jesús a sus discípulos, entre los más selecto de su sabiduría divina, a la que sólo unos pocos tenían acceso, es decir, los apóstoles. Y que posteriormente los gnósticos y otros grupos místicos y religiosos recibieron como propias, y que los representaban, por tratar de proteger, develar y ser representados por esas enseñanzas de sabiduría oculta y poco accesible. Sea como fuere, es cierto que estos escritos muestran elementos adicionales, que eriquecen a los cuatro evangelios reconocidos, por mostrar diversos misterios, hacer énfasis al conocimiento, al descubrimiento de grandes verdades espirituales, la develación del reino de los cielos y sus significados, entre otros aspectos. Pero también muestra muchos pasajes y aspectos semejantes y paralelos de los otros evangelios. Estos escritos son atribuidos al discípulo Dídimo Judas Tomás, quién era reconocido como un discípulo dudoso o que buscaba poner en problemas lo que Jesús enseñaba, o alguien considerado como poco creyente. Pero esto no era así, sino que se trataba de alguien que poseía una mente crítica, cuestionadora de lo establecido, basada en un fuerte empirismo y un racionalismo destacados, si es que así se les puede llamar a sus tendencias intelectuales. Y posteriormente supuestamente se consagró y dedicó de lleno a las enseñanzas ocultas y misteriosas de Jesús, y que algo de esto expone en estos escritos. Estos escritos se muestran aspectos bastante revolucionarios y avanzados de las enseñanzas de Jesús, de su persona y de la influencia que dejó en este mundo, en cuando a los conocimientos que expone, el trato que da a sus discípulos, a las personas, a las mujeres, etc. Es un documento que se sale de las imposiciones, creencias y dogmatismo que la iglesia Católica impuso durante siglos, y por eso tal vez lo excluyeron del cánon de los evangelios. Estos escritos han escapado de muchas influencias, y a su vez son fuentes importantes que merecen ser consultadas y estudiadas paralelamente a los evangelios y a otros escritos bíblicos. Asimismo, pueden tomarse como pruebas de la existencia real de Jesús, ahora que se vive en tiempos turbios, de fuerte ateísmo, agnosticismo, de escepticismo, en los que se quiere dudar y poner a prueba la existencia de Jesús, o peor aun, negarla completamente.
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